Presentado el Monográfico 'Voluntariado y Discapacidad'

Imatge de la presentació de la jornada per presentar el monogràfic.

 

Barcelona, 14 de noviembre de 2018.- La sociedad ha de avanzar hacia un modelo de voluntariado inclusivo, facilitando que las personas con discapacidad lo ejerzan en condiciones de igualdad que el resto. Es decir, entidades y organizaciones deben superar la idea de que las personas con discapacidad sólo son sujetos pasivos del voluntariado que reciben ayuda o acompañamiento ya que también pueden ejercerlo ofreciendo su tiempo y conocimiento al resto de la sociedad como de hecho sucede.

Esta es una de las principales conclusiones del Monográfico ‘Voluntariado y discapacidad’, presentado esta mañana en Barcelona con el objetivo de conocer cómo es el voluntariado que realizan las personas con discapacidad, tal como han explicado los responsables de la asociación Amputats Sant Jordi y la Feredació Catalana del Voluntariado, entidades impulsoras del estudio junto al Observatori de la Discapacitat Física y el Observatori del Tercer Sector.

Todos ellos han subrayado la necesidad de que se cumpla la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad que en su artículo 29 pide expresamente “Asegurar que las personas con discapacidad puedan participar plena y efectivamente en la vida política y pública en igualdad de condiciones que el resto.” En el mismo sentido se pronuncia la Ley catalana 25/2015 de Voluntariado y Fomento del Asociacionismo.

El perfil de la persona voluntaria con discapacidad

El estudio, que tiene carácter exploratorio dada la ausencia de datos en este ámbito, se recoge el resultado de 282 encuestas realizadas a personas con discapacidad que realizan labores de voluntariado. Hay que destacar por tanto su importancia ya que se trata del primer estudio que se realiza sobre esta cuestión y se desconoce el total de personas con discapacidad que realizan tareas de voluntariado.

El análisis de los datos indica que la persona voluntaria con discapacidad es en términos generales mujer de entre 45 y 54 años con un nivel de estudios primarios, discapacidad física, un grado de discapacidad entre el 33 y el 65% y una dedicación de unas 5 horas semanales a la actividad voluntaria. Si se exceptúa la variable de discapacidad, este perfil según los estudios existentes, es similar al de las personas voluntarias sin discapacidad.

Por lo que respecta a su acceso y participación, las respuestas indican que a pesar de las barreras que puedan encontrar para hacer voluntariado, una vez integradas en los equipos de voluntarios tienen una visión satisfactoria de su experiencia. De hecho, el 85% indica que se siente satisfecha con las actividades que realiza y aprende cosas nuevas; el 83% está más contenta desde que realiza el voluntariado y el 64% se relaciona más, tanto con personas de la entidad como de fuera.

Conclusiones para avanzar en el voluntariado inclusivo

Generar datos para visibilizar una realidad invisible como es la participación activa de las personas con discapacidad en la sociedad es uno de las primeras conclusiones que se extraen de este monográfico.

El documento también se propone reflexionar en torno a las diferencias que socialmente se generan entre las personas con y sin discapacidad, estableciendo una dicotomía que con frecuencia no se sujeta en aspectos objetivos. Un ejemplo es que el voluntariado de las personas con discapacidad se concentra sobre todo en el ámbito social, cosa que no pasa entre el conjunto del voluntariado. En tercer lugar, la formación es una posibilidad de aportar conocimiento y de dar las herramientas a las entidades y sus equipos para integrar la diversidad en la actividad voluntaria.