Hablamos del Plan de Accesibilidad Universal de Barcelona con la teniente de Alcaldía de Derechos Sociales Laia Ortiz

Parlem del pla d’accessibilitat universal de Barcelona amb tinenta d’Alcaldia de Drets Socials de Barcelona Laia Ortiz

El pasado mes de marzo, se presentó el Plan de Accesibilidad Universal de Barcelona desde 2018 hasta 2026. Hoy hablamos con Laia Ortiz, teniente de Alcaldía de Derechos Sociales y presidenta del Instituto Municipal de Personas con Discapacidad (IMPD).

Pregunta (P): ¿Qué comporta la aplicación del nuevo plan de accesibilidad?

Laia Ortiz (L.O.): Poder hablar de accesibilidad universal en una ciudad como Barcelona, ​​por mucho que sea una de las ciudades que más ha avanzado en Europa en términos de accesibilidad, es una auténtica revolución. Barcelona ha avanzado mucho urbanísticamente en lo que respecta a la discapacidad física, pero en discapacidad sensorial y en muchos temas de comunicación todavía estamos detrás de otras ciudades. Ahora nos encontramos en la fase de diagnóstico y, en este aspecto, Barcelona requiere cambios para que se tenga en cuenta a toda la diversidad existente. Creo que hablar de un plan de accesibilidad es una mejora en términos de una ciudad saludable e inclusiva, en términos de diversidad funcional y también de ciclos de vida. Por otra parte, sabemos que existe el código de accesibilidad de la Generalitat, una ley marco que debería ser nuestra referencia pero cuya aprobación aún no ha llegado. En este sentido, la implementación del plan de accesibilidad en Barcelona previo al desarrollo reglamentario de esta ley conlleva cierto riesgo, pero nos reunimos con la Generalitat y decidimos empezar. Pensamos que con el plan de accesibilidad de Barcelona podremos alimentar el código de accesibilidad de Cataluña.

(P): ¿Cuáles serán las etapas de implementación de este plan y cómo se comunicarán a la ciudadanía?

(L.O.): El plan dura hasta 2026 y pasará por estas fases: diagnóstico, reto y diseño de soluciones. Ahora estamos en el diagnóstico y de ahí obtendremos un retorno. En muchos casos ya van saliendo soluciones tipo, pero una vez obtengamos la radiografía completa de la situación actual, se comunicará por dos vías. Una, a partir del consejo rector del IMPD y otra, a través de la redes del Acuerdo Ciudadano por una Barcelona Inclusiva, que es un espacio donde están todas las entidades. Además, quisiéramos que la propia ciudadanía pudiera alimentar el proceso de diagnóstico y soluciones. La idea es, de cara al 2019, dejar preparados los informes previos para poder tener la primera ordenanza municipal de accesibilidad. El trámite de una ordenanza es largo, pero la idea se dejarlo trabajado en 2019 para que en 2020 pueda haber una ordenanza, que es el instrumento jurídico más fuerte que podemos tener a nivel de ciudad.

(P): ¿Qué papel están teniendo los colectivos de personas con discapacidad en el diagnóstico?

(L.O.): Hasta ahora, los diagnósticos los habían estado haciendo los técnicos municipales, pero con el plan de accesibilidad lo hemos querido hacer de manera diferente. Esto quiere decir que por primera vez las personas implicadas en el diagnóstico son también personas con discapacidad, algo que se había pedido desde el consejo rector del IMPD. Para llevarlo a cabo hemos trabajado con 35 planes de empleo gracias a los cuales, las personas afectadas son las que están haciendo las comprobaciones y las que nos dicen si las cosas funcionan o no. Las entidades, y cada una dentro de su especialidad, tienen muy trabajados algunos ámbitos, y esto no sólo alimenta el diagnóstico sino que nos dará mucha información que será imprescindible en el diseño de soluciones.

(P): ¿Cómo se pretende trabajar la accesibilidad comunicativa?

(L.O.): La accesibilidad comunicativa es un aspecto de gran complejidad y requiere asesoramiento. En el tema auditivo, por ejemplo, estamos revisando las señales de las paradas de autobús, mirando sensores y aplicaciones para móvil. Para la discapacidad intelectual estamos revisando cómo nos comunicamos con la ciudadanía y estamos incorporando la lectura fácil en la documentación, la señalética en la calle, etc. Hay muchísimas actuaciones en las que debemos avanzar. Ahora, recién aprobadas las normas reguladoras de participación, dispondremos de consultas, de herramientas de participación digital y otros procesos de participación abiertos que nos ayudarán a que las cuestiones de accesibilidad sean un debate de modelo de ciudad, porque somos muchísima gente de muchos colectivos los que podemos hacer pedagogía por el bienestar de todos.

(P): ¿Qué modelo de evaluación de resultados piensa llevar a cabo?

(L.O.): Por un lado, antes de implementar soluciones tipo se comprobará que las propuestas funcionan y son universales. Por otro, no se podrá aprobar nada que a posteriori pueda contradecir el código de accesibilidad de Cataluña, y en este sentido, confiamos en que éste no se demore mucho más y podamos alimentar su contenido. Y la última cuestión es que, además, todo lo que se vaya aprobando, deberá ser susceptible de ser revisado regularmente.

(P): El plan también contempla conseguir un ocio accesible en la ciudad, ¿cuáles son las medidas prioritarias en el ámbito cultural y deportivo?

(L.O.): Se ha trabajado mucho en los centros deportivos municipales, pero queda mucho por hacer. Trabajamos conjuntamente con personas con discapacidad en las actividades que se desarrollan en estos centros, como por ejemplo natación, y valoramos cómo liberamos espacios dedicados especialmente a este colectivo. A nivel cultural, hace poco hicimos el primer manual de cómo hacer museos accesibles. El museo del Diseño Hub está especializado precisamente en eso, y allí presentamos esta guía a 200 representantes de museos de Cataluña interesados ​​en adaptar sus exposiciones.

(P): ¿Qué coordinación se realiza con otras administraciones u operadores implicados en los servicios que van más allá de las competencias de la ciudad?

(L.O.): El plan trabaja en las cuestiones de más proximidad, pero por ejemplo, las competencias de los centros educativos o los centros de atención primaria las tenemos compartidas con la Generalitat. ¿Qué quiero decir con esto? Que según avancemos en la mejora de la accesibilidad del espacio público, tendremos que contactar con los distintos operadores, como el Puerto, los establecimientos hosteleros, los centros culturales, etc., porque obviamente forman parte de la ciudad.

(P): El Barça por ejemplo, ¿origina problemas de accesibilidad?

(L.O.): Por un lado, a nivel de accesibilidad del campo ha habido mejoras. Por el otro, en lo que se refiere a la transformación del espacio Barça, hemos exigido cambios para que cuando haya un partido no se tenga que paralizar todo un distrito. De esta manera, para la planificación del nuevo espacio Barça, les hemos pedido, entre otras cosas, que se ocupen de los espacios para autocares etc., de manera que no supongan una gran barrera que impida la movilidad. Ellos sí han ido incorporando esta visión.

(P): En conjunto, ¿cuáles son las prioridades del plan para conseguir que el 2026 Barcelona sea 100% accesible?

(L.O.): Una prioridad es la sensibilización. Me preocupa que cuando se quieren poner según qué elementos en el espacio público, a nadie le venga a la cabeza a quién le puede afectar eso, ya sean bolardos, terrazas, etc. También creo que el transporte es clave: uno de los retos principales que tiene la ciudad es la movilidad, un derecho fundamental para hacer vida con normalidad y sobre todo la movilidad con el transporte público, ya que Barcelona no se puede permitir ampliar el tráfico rodado por cuestiones de salud y de contaminación. Otra prioridad es que el urbanismo sea cada vez más amable: que las calles sean anchas, que se pueda caminar y circular en silla de ruedas y que sean más seguras para todos. El conjunto de cómo pensamos urbanísticamente la ciudad, si se hace desde la proximidad y las necesidades del día a día, facilitará la accesibilidad a todo el mundo. Y por último, el tema de la accesibilidad comunicativa que hemos comentado antes.

(P): Hablamos a veces de diversidad funcional y a veces de discapacidad, ¿qué matices tienen ambos términos en el contexto de accesibilidad universal?

(L.O.): Ha habido debate sobre estos términos. El término diversidad funcional es útil desde el punto de vista de la accesibilidad porque precisamente la accesibilidad consiste en adaptar la ciudad para personas diversas funcionalmente. Por ejemplo, tal vez algunas personas no han aprendido a caminar, y eso no es discapacidad, es diversidad funcional. En otros casos cuando hablamos de personas con discapacidad hablamos de un diagnóstico, que además incluye la evolución de la discapacidad en los ciclos de edad, y también forma parte del plan. Yo hago uso intencionadamente los dos términos y creo que en accesibilidad debemos hablar de diversidad funcional para no poner todo el foco en la capacidad de la persona y porque nos obliga a actuar más colectivamente. Si hablamos de diversidad funcional decimos que nos adaptamos a la diversidad de la ciudadanía, si hablamos de discapacidad hablamos de un colectivo concreto y no del conjunto.

(P): Desde el ODF, valoramos muy positivamente la labor que están realizando, muchas gracias.

(L.O.): A vosotros. Muchas veces me quejo de que los avances, los debates y las problemáticas en torno a la discapacidad son bastante invisibles. Creo que la única manera de avanzar para hacer una Barcelona inclusiva es que esta cuestión forme parte de un cambio cultural de todos. En este sentido, nos va bien que el ODF haga de altavoz y como observatorio de buenas y malas prácticas os invito también a que seáis críticos con lo que vayamos haciendo.