Hábitos de vida: el consumo de alcohol
En general, el consumo de alcohol es ligeramente inferior entre las personas con discapacidad pero el abuso en el consumo es superior.
Por otro lado, el consumo de bebidas alcohólicas tiene, de igual forma que en el caso del tabaco, un componente de género que se traduce en diferencias en los hábitos. El 63% de las mujeres con discapacidad no bebe y el 37% se consideran bebedoras de bajo riesgo. En el caso de los hombres, esta cifra aumenta hasta el 56% y encontramos un 9% de bebedores de alto riesgo -cifra que en el caso de las mujeres era inexistente-.