En marcha un nuevo estudio sobre salud y discapacidad en Cataluña
Las conclusiones de la primera parte del estudio, consistente en el análisis descriptivo de datos, se presentaron en el VII Congreso de la Red Española de Política Social y se acaban de recoger en el libro de actas del congreso.
Barcelona, 30 de enero de 2019.- Desde el Observatorio de la Discapacidad Física (ODF) hemos puesto en marcha un nuevo estudio para conocer la relación existente entre salud y discapacidad en Cataluña. Las conclusiones de la primera parte del mismo, consistente en el análisis descriptivo de datos, se presentaron el pasado mes de octubre en el VII Congreso de la Red Española de Política Social. El estudio continuará desarrollándose en los próximos meses con la colaboración del Hospital Clínico de Barcelona.
Ahora, el libro de actas del congreso acaba de recoger todas las aportaciones hechas en este foro, en el que se reflexionó sobre la situación actual de las políticas sociales en un escenario de desigualdad social consecuencia de la crisis, todavía no mitigada por el crecimiento económico.
El ODF realizó sus aportaciones en el panel dedicado al ‘Presente y futuro de las políticas sociales sobre discapacidad’ con una ponencia impartida por nuestra directora técnica, Blanca Cegarra, en la cual se presentaron los primeros resultados de la investigación ‘Salud y discapacidad. Análisis comparativo entre personas con y sin discapacidad en Cataluña’, tal como se ha mencionado.
Salud y discapacidad en Cataluña
La finalidad de este estudio, actualmente en curso, es identificar diferencias significativas en los indicadores de salud entre las personas que tienen una discapacidad y las que no, y definir propuestas de mejora en clave de políticas públicas.
Para ello, Blanca Cegarra está realizando un análisis estadístico descriptivo de la Encuesta de Salud de Cataluña (ESCA) de 2017. La población estudiada son personas residentes en Cataluña no institucionalizadas y mayores de 15 años.
Además, para la investigación se han identificado cuatro dimensiones que contribuyen a definir el carácter multidimensional de la salud:
- características sociodemográficas
- hábitos de vida
- hábitos sociales
- estado de salud y la calidad de vida.
Estas cuatro dimensiones son abordadas comparando la población con y sin discapacidad en Cataluña.
Avance de las conclusiones
Este es el avance de las primeras conclusiones del estudio presentadas en Zaragoza:
1. El 54% de las personas con discapacidad no tienen autonomía. En Cataluña, el 14,5% de la población de 15 años o más padece alguna discapacidad o limitación permanente, con una mayor afectación en el caso de las mujeres (16,5%) respecto a los hombres (12,4%). Por otra parte, una de cada diez personas tiene falta de autonomía personal, es decir, afirman necesitar la ayuda de otras personas para realizar actividades cotidianas habituales a causa de un problema de salud (12,3% de las mujeres y 7% de los hombres). Focalizando el análisis en el colectivo con discapacidad, la falta de autonomía aumenta hasta el 54%.
2. Menos recursos = más discapacidad y falta de autonomía. Tanto la presencia de la discapacidad como la falta de autonomía personal aumentan a medida que las personas tienen más edad y son más frecuentes entre la población de grupos sociales más desfavorecidos, con más dificultades económicas y con un nivel de estudios más bajo.
3. Esperanza de vida y discapacidad. La población con discapacidad está más envejecida que el resto, dado que la discapacidad va asociada al envejecimiento, y la esperanza de vida se ha alargado notablemente en las últimas décadas. Por otra parte, el colectivo con discapacidad agrupa a un mayor porcentaje de mujeres respecto a la población sin discapacidad, hecho probablemente vinculado a la mayor esperanza de vida de las mujeres. De modo que la mayoría de determinantes sociales analizados están influenciados por el factor edad, por el género y por las características socioeconómicas del colectivo con discapacidad.
4. Hábitos de vida. En cuanto a los hábitos de vida, las personas con discapacidad consumen alcohol y tabaco con menor frecuencia que el resto de la población. Por otra parte, presentan más problemas de sueño y una menor práctica de deporte.
5. Hábitos sociales. Respecto a los hábitos sociales analizados, se detecta un menor apoyo social y un mayor uso de servicios sanitarios públicos, ya que el uso de servicios privados es más habitual entre los grupos socioeconómicos más favorecidos. En cuanto a la satisfacción de los servicios sanitarios utilizados, no existen diferencias significativas entre las personas con y sin discapacidad y en ambos casos la valoración es positiva.
6. Estado de salud y la calidad de vida. La percepción del estado de salud y la calidad de vida de las personas con discapacidad es menos favorable que para la población sin discapacidad. Existe una mayor presencia de comorbilidad y trastornos crónicos entre las personas con discapacidad, también afirman tener problemas de exceso de peso y síntomas de depresión con más frecuencia.
En general, la autopercepción de la salud de las personas con discapacidad es principalmente negativa (70% de los casos) mientras que el colectivo sin discapacidad presenta una percepción mayoritariamente positiva (86%).
Para concluir, se evidencia que los indicadores de la salud son desiguales entre las personas con y sin discapacidad y por lo tanto se confirma la tesis de que existen inequidades en salud por razón de discapacidad. El hecho de tener discapacidad sumado a otros determinantes sociales (edad, género, clase social) generan desigualdades en salud que se hacen patentes en forma de gradiente.
Propuestas de mejora
- Aplicar el modelo de ‘la salud a todas las políticas’, incorporando una mirada transversal de todos los ámbitos de la vida y un enfoque intersectorial de las políticas públicas.
- Diseñar políticas preventivas e incrementar la inversión pública en políticas de discapacidad para reducir las desigualdades sociales y en salud.
- Incorporar la perspectiva de género en el diseño de las políticas públicas.
- Incorporar los criterios de accesibilidad universal en el diseño e implementación de las políticas públicas.
- Tener en cuenta el envejecimiento de la población presente y futuro para prevenir y actuar sobre las barreras existentes en la sociedad.
- Generación de datos y conocimiento específico para diseñar servicios sanitarios y de otra índole específicos para las personas con discapacidad.
- Fomentar modelos de gobernanza donde la sociedad civil tenga un papel activo en la formulación de las políticas públicas.
- Evaluar las políticas implementadas para conocer su impacto social y como herramienta de mejora continua.